En la mitología griega cuenta que Jason, reunió un grupo de héroes, con los que emprendió un viaje para buscar el vellocino de oro y así aspirar al trono.
El barco se llamaba “Argos” , al timonel era denominado “Kybernets “ y a los navegantes fueran llamados “ los argonautas”
Pasaron los siglos y en 1948 un matemático mexicano Arturo Rosenblueth en trabajo científico conjunto con Norbert Wiener, llevaban años formulando una nueva ciencia acerca del estudio de las interrelaciones entre las maquinas y personas, publicaron una obra que se les ocurrió llamarla “Cibernética”, derivada de la palabra “kybernetes”, relacionado al timonel del Argos- persona que gobierna la nave. Esto fue solo el principio.
Poco a poco, el “ciber”- se convirtió en un prefijo para todas aquellas palabras que tuvieran que ver con el universo de lo computacional y, por extensión de los virtual ( a todo lo que sea una imitación de una situación o persona muy parecido a la realidad).
De hoy en adelante, cualquier tema relacionada con redes informáticas se les puso por delante el * ciber*
Los cibernautas o “ navegantes” de ese interminable m,ar que es el internet; los cibercafés se pusieron de moda (Starbucks), ya podemos vivir ciberexperiencias, como citas románticas, hacer ciber amigos en nuestros ciber viajes o incluso, tener ciber sexo -sexo virtual.
No viajáremos en el Argos, ni encontraremos el vellocino de oro, pero al menos tenemos un ciberespacio por el cual navegar.